Para nombrar tu ausencia (Manuel Argüello)


Dicen que cuando un amor se muere, una estrella cae.

... Y es verdad.

Aquí estoy con la estrella en mis manos,

como un yerto corazón ahíto de besos sin destino.


Aquí estoy, de pie, en este septiembre de lapachos,

así, mirando, implorando a la tarde que me asedia

rasgar sin prisa la celeste piel de mi memoria.

No puedo evitar que en esta tarde


tu recuerdo, amor, se acurruque en un sollozo.

No puedo, y tal vez ni quiero evitar que en esta tarde

mi mirada se abra hacia tu casa;

hacia mi nostalgia de tus ojos;

hacia el palpitar rosado de tus labios.


Y así, entonces, amor, todo trae tu nombre:

el pasto,
que adormeces con tus pasos, el jazmín,

que se sonroja en tu presencia; mi corazón,

que olvidó mi pecho tras el tuyo.

Ahora levanto la mirada hasta los pájaros,para medir mi soledad, para nombrar tu ausencia.

Y esta brisa que me asedia y coloquia las hojas con la arena,


desmenuza a jirones, a lentos jirones palpitantes,


la alegría mía de haberme enamorado.

0 comentarios:

Publicar un comentario